¿Nunca se preguntó cómo es que Suiza siempre se mantuvo neutral en medio de dos guerras mundiales e innumerables conflictos europeos? Modelo de nación en casi todos los indicadores, la confederación Suiza por sí sola desbarata los mitos sobre las armas que circulan en países como el nuestro. “Es que tienen otra cultura” se suele argumentar. Efectivamente, la saludable cultura de armas Suiza opera con la precisión de sus relojes y la versatilidad de sus navajas desde el inicio, y eso explica que cada ciudad posea polígonos donde se celebran torneos de tiro para niños, niñas y adolescentes sin que nadie rasgue vestiduras ni hable de Far West.

Para comprender la tradición Suiza en torno a las armas, hace falta remontarse a la época en que el mítico Guillermo Tell desafió a un tirano austríaco llamado Hermann Gessler, en el pueblo de Altdorf. Tell desafió con bravía las injustas alzas de impuestos del monarca local y sus humillantes tributos. Ante la negativa de Guillermo de inclinarse ante él, Lord Gessler apresó a su hijo para dar una señal pública. Obligaría a Tell, reputado como el mejor tirador de Suiza, a atinar a una manzana situada sobre la cabeza del joven con una flecha disparada con su ballesta. El prodigioso disparo desde cien pasos de distancia inspiró a los clanes helvéticos en su posterior liberación del yugo extranjero.

A inicios del siglo XIV, la victoriosa federación Suiza estableció que, en lugar de un ejército regular, la nación mantendría entrenados a los ciudadanos comunes y formaría una milicia. Así se consolidó la reputación de fiereza y capacidad bélica de los suizos. Su bien regulada milicia entraña el secreto de la relación saludable que los suizos poseen con sus armas, y la eficiencia del modelo, en el que básicamente la soberanía es sostenida por la capacidad de defensa de sus ciudadanos, inspiró a los padres fundadores de los Estados Unidos de América en su guerra de independencia del poder británico.

El concepto suizo de una milicia eficaz al servicio del pueblo y de la libertad fraguó en la joven nación americana y en las naciones del cono sur que siguieron su ejemplo de conformar identidades nacionales sin reyes ni monarcas.

Hoy, los ciudadanos y ciudadanas suizas deben participar de la milicia por Ley, conservar en sus hogares las armas y la munición correspondiente y verificar un plan de prácticas anual. Con cerca de 9 millones de habitantes, Suiza es top cinco en la lista de países más ricos del mundo y con mejor estándar de vida, bordeando un per cápita de más de 90 mil dólares. Posee, en proporción, 8 veces más armas que Chile y se trata sin duda de uno de los países más seguros del mundo. Naciones como Suiza y otras naciones de Europa desactivan la idea de que “menos armas representa más seguridad”, sugiriendo más bien la tesis contraria.

Aquí encontrarán un video más exhaustivo que aborda la historia de Suiza, proporcionando una comprensión más profunda de su cultura, sistema educativo y enfoque en el manejo de armas de fuego. Este material contribuye a desmitificar la idea de “Menos armas, más seguridad” en el contexto suizo, mostrando cómo esta consigna no se aplica de manera directa a su realidad o cualquier otra. 

En Chile, en cambio, la tasa de homicidios alcanza los 6,7 – de acuerdo con el último estudio al respecto de la Subsecretaría de Prevención del Delito – ya por sobre EEUU y a distancia sideral de Suiza, que ronda el 0,4.

Hemos visto cómo las autoridades de Chile destruyen miles y miles de armas como mecanismo de supuesta prevención. En Suiza ello no ocurre, pues las armas antiguas protagonizan ferias donde los usuarios autorizados las adquieren para colección o deporte. “Menos armas, más seguridad”, el mantra vacío que vienen repitiendo desde hace demasiado tiempo nuestras autoridades culpando a las armas por las alzas en el delito. El caso de Suiza demuestra, como muchos otros, lo equivocados que están


Asociación Chilena del Rifle